Nuestro Presidente, Periodista Carlos Márquez, nos da a conocer parte de las tres conferencias que Sobre los Aparatos Ideológicos del Estado pronunció durante los tres últimos domingos del año antes pasado, 1988, en el cierre de las Jornadas Filosóficas de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
Las tres conferencias citadas, forman parte del ensayo titulado: Ideología, Liberalismo, Crisis Económica Mundial y Nuevo Liderazgo en America Latina y el Caribe.
Con el texto citado el escritor y Presidente de nuestro Partido Socialista 14 de Junio busca que los miembros y dirigentes de esta moderna organización política, adquieran una idea clara y precisa sobre un tema tan cotidiano, pero difícil de definir y asimilar.
Por Carlos Márquez -
Luís Villorrio, en un ensayo titulado Ideología y Ciencias Sociales,
publicado por la Universidad Autónoma de México, sostiene que la
palabra Ideología, es usada en la actualidad, en los mas diversos
sentidos. Estos pueden variar desde una concepción tan amplia y vaga,
como un conjunto de creencias generales sobre el mundo y la sociedad ,
hasta otra mas estrecha, pero igualmente vaga, como conciencia falsa.
Señala Villorrio que entre esos dos extremos podemos encontrar casi
todos los sentidos intermedios, según los propósitos de cada autor.
De ese modo, el citado investigador trata de explicar
La imprecisión que hay, al abordar la palabra ideología.
Unas ideas que tienden a robustecer, estos argumentos de Villorrio,
son las esbozadas por Ludovico Silva, en la pagina 15 de la octava
edición del libro, Teoría y Practica de la Ideología, Publicado por
editorial, Nuestro Tiempo, cuando dice que, Ni Marx ni Engels
emitieron nunca una definición expresa de la ideología, pero ello, no
nos impide extraer una caracterización precisa a partir de los numerosos
textos que ambos consagraron al tema.
A partir de esos conceptos, el citado autor ubica la ideología con dos
características.
Sobre la primera, Silva cuenta que en la historia humana las
relaciones sociales mas elementales y básicas, que son aquellas que
los hombres contraen en la producción en sus medios de vida y en su
vida misma, engendran en la mente de los hombres una reproducción u expresión ideal, inmaterial de aquellas relaciones materiales.
Argumenta que, la ideología no ve mas allá de los fenómenos o
apariencias sociales, no ve por ejemplo, por detrás de las ganancias
capitalistas la estructura oculta de la plusvalía, confunde el valor
de las mercancías, que es determinado por el trabajo socialmente
necesario para producirla, con su precio que es determinado por el
mercado.
En esta primera caracterización, el citado autor define a la
ideología, como un catecismo o falsa conciencia, siendo la conciencia
lo que debe nutrir a los trabajadores.
La ideología se considera así, como fenómeno histórico y en modo
alguno perteneciente a la naturaleza o esencia del hombre y la mujer;
lo mismo que la alineación, es un fenómeno históricamente superable.
En tanto, en la segunda característica establecida por Ludovico Silva,
encontramos que, la ideología contemporánea es un sistema de valores,
creencias y representaciones que outogeneran necesariamente las
sociedades en cuyas estructuras hay relaciones de explotación, a fin
de justificar idealmente, su propia estructura material de
explotación, consagrándola en la mente de los hombres como algo
natural e inevitable, esencial del ser humano.
Entendemos que, ante el hecho de que ambos
intelectuales, abordan la ideología, cada quien con sus
característicos matices, se hace necesario, abordar el tema con
mayores detalles en un capitulo posterior del presente ensayo.
En tanto, consideramos importante, ver otras interpretaciones que nos
permitan hacernos una idea mas plural y, por ende. Ecléctica, de lo
que es realmente la ideología. Creemos que es la mejor manera de
aproximarnos al entendimiento pleno de este concepto, vital para el
entendimiento de la sociología política y los partidos políticos.
El Diccionario Unesco de Ciencias Sociales 11, 1987, Pag. 1042- dice que ideología viene de los vocablos griegos éidos y logos y que esa palabra contiene un principio semántica contradictorio y que éidos, se refiere a la intuición y el sentimiento concreto de algo, mientras que logos indica una comprensión racional, mesurada, verificable y comprobable.
Agrega que una versión exacta de la etimología de este concepto seria algo así como, sistema racional de creencias, razón de las intuiciones y el sentimiento, o algo parecido.
El diccionario Enciclopédico Olimpia, establece que ideología es una
doctrina filosófica, que trata del origen y clasificación de las
ideas. Explica que es un conjunto de ideas características de una
época, una colectividad o de una persona.
Para el gran diccionario Espasa, ideología es un conjunto de ideas
fundamentales que caracterizan a una persona, colectividad, época, de
un movimiento cultural, religioso o político.
De acuerdo con el Diccionario Filosófico, Rusenttal, ideología, es el
sistema de concepciones e ideas, políticas, jurídicas, morales,
estéticas, religiosas y filosóficas.
Agrega que la ideología forma parte de la supraestructura de la
sociedad y, como tal, refleja las relaciones económicas.
Como puede verse, los 4 diccionarios citados, conciben por un lado, la
ideología, como un conjunto de ideas que explican el pensamiento de
una persona o colectividad, en una época determinada y, por el otro lado, como un sistema racional de creencias.
Sin embargo, en la definición del Diccionario Filosófico, resaltan los
planteamientos de que la ideología es parte de la supraestructura de
la sociedad y que refleja las relaciones económicas en la misma.
Estos aspectos que resalta Rusenttal, en comparación con las tres
primeras definiciones, marcan de inmediato una visión
marcadamente cósmica que nos obliga a hurgar, a vuelo de pájaros, en
la filosofía, como esencia de la ideología y, cuando no, en parte de
la historia del pensamiento economico, político y social.
Siendo la filosofía una concepción, visión o interpretación del mundo, dependiendo de la forma en que interpretemos su origen, para los sabios, de inmediato nos convertimos en idealistas o en materialistas.
Para Gregorio Fingerman, ex-director del Instituto profesional de la
Universidad del Museo Social Argentino, en el mundo occidental, todo
esto comienza cuando los jónicos, filósofos naturalistas, como Tales
de Mileto, quien buscó en el Agua el origen de la existencia, mientras
Anaximenes, entendía, que el origen del mundo es el aire.
En tanto, para Pitágoras, los números son la esencia de las cosas.
Desde el punto de vista de los Eleatras, aquella escuela filosófica de
la antigua Grecia, donde se destacaron Parmenides, Jenofanes, Zenón y
Melises; contrario a la escuela de Tales de Mileto, donde la materia
es concreta y sensible, lo existente es inmutable, Anaximenes, entendía, que el origen del mundo es el aire, que solo el ser puro es el que puede concebir la inteligencia, negando de ese modo, la realidad de los fenómenos, que son solo apariencia y, por consiguiente, el no ser.
Sin embargo, un hombre natural del pueblo de Efeso, que dijo llamarse
Heráclito, logro colocar un Puente entre los planteamientos de Mileto
y de los demás filósofos de la época, explicando que no era posible
negar la existencia del mundo y sus fenómenos. Argumentó, al mismo
tiempo que, lo único existente es el cambio, el devenir y que las
cosas se transforman, devienen, pasan.
De ahí la idea de que no nos bañamos dos veces en el mismo río, lo
que da la idea para que surjan las leyes de la dialéctica.
Estos conceptos, los de los Eleatras, los jónicos y la visión
dialéctica de Heráclito, sientan las bases para una clara
diferenciación, entre naturaleza y espíritu.
Así, para Anaxagoras, hay una razón constructiva que mueve y ordena al
mundo, en tanto, Sócrates, considera el espíritu como una voluntad
moral y que el pensamiento esta por encima de todo lo que existe,
menospreciando lo planteado y realizado por los filósofos
naturalistas.
De su lado, Platón, basado en el idealismo metafísico y ético de su
maestro, Sócrates, esboza la oposición entre el mundo de las ideas y
el de la realidad material.
Deslindados los campos, entre el idealismo y el materialismo,
Aristóteles, ve la necesidad de ordenar las ideas y les otorga
rigurosidad de ciencia al grueso de las investigaciones de entonces.
Es de ese modo que, empieza a segmentar las diferentes disciplinas del
conocimiento y a separar la ciencia de la filosofía y, sobretodo, a
surcar los campos de la política y la metafísica.
Desde la desaparición del régimen comunitario primitivo y el
nacimiento del Estado, tanto en Occidente como en Oriente, el interés
por explicar de donde venimos, desde diferentes visiones, la
filosofía, la ideología y la política, han coexistido.
Asimismo, las investigaciones en esos campos jamás cesaron.
Fue así que, en estos aspectos, la humanidad conoció a Wilgen
Friederich Hegel, cuya obra, Fenomenología del Espíritu, interpreta al hombre y su historia como el resultado de su propio trabajo.
En su obra la Ciencia de la Lógica, creada entre 1812-1816, Hegel
explica con detalle la ley referente a la transformación de los
cambios cuantitativos en cualitativos, estableció la ley de la
contradicción como motor de todo desarrollo y la ley de la negación de
la negación, entre otras teorías fundamentales para la explicación de
lo que somos y de donde venimos.
Fue otro filósofo Alemán, Ludwig Feurbach, quien criticó el idealismo
en la dialéctica Hegeliana, que a su vez permitió a Carl Marx, fundar
la dialéctica Materialista y su filosofía materialista.
En el aspecto filosófico, plantea que el mundo es natural y que esta
sujeto a continuos cambios y grandes mutaciones.
A partir de ahí, en el aspecto histórico, el marxismo establece que el
motor de la historia, es la lucha de clases y que esa lucha de clases
tiene su origen en la propiedad privada de los medios de producción.
En pocas palabras, es ese el origen y la historia de la ideología, así como parte de las diferentes interpretaciones y definiciones que se han esbozado sobre este complejo tema.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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